Del 5 al 10 de febrero 2016, quince alumnos y alumnas de 2º de Proyectos y Dirección de Obras de Interiorismo y tres profesores del ciclo viajamos a Roma aprovechando los días de carnaval, llevando una ruta a seguir que combinaba distintas épocas y lugares de la ciudad. La organización práctica del viaje fue preparada por los propios alumnos, especialmente por Arkaitz Terciado, a quien hay que agradecer, así como a Alba Molina, ye Iñaki Lacalle, sus desvelos y su trabajo para que todo saliese como estaba previsto.
El día 5, tras una noche de autobús, al llegar a Roma, ya de atardecida, vimos Santa María de los Ángeles, de Miguel Ángel, el Éxtasis de Santa Teresa, en Santa María de las Victorias, con su espléndido interior barroco. Sacando fuerzas de la ilusión y dejando el cansancio para luego, nos acercamos hasta la Fontana de Trevi, donde la sorpresa de algunos fue su espectacularidad, ya que la creían más pequeña. Tras las fotos de rigor, nos acercamos al Panteón para verlo de noche, aunque pensábamos volver el domingo. Su espacio inmenso y perfecto nos emocionó una vez más a los que ya lo conocíamos e impresionó a los que lo observaban por primera vez.
Todavía tuvimos fuerzas para llegar a la Plaza Navona y ver las gradas del estadio de Domiciano semiocultas en el subsuelo, en un extremo de la misma.
Día 6, sábado:
Quedamos en la puerta de Santa María la Mayor, una de las principales basílicas paleocristianas, y tras pasar el control de acceso (Roma estaba plagada de ellos a causa de las amenazas terroristas), vimos su hermoso interior y sus mosaicos. Se allí a San Pietro in Víncoli para ver el Moisés de Miguel Ángel. Vuelta a la emoción de contemplar cara a cara un obra tantas veces estudiada. Aparte de algún sepulcro barroco con toda la carga aleccionadora del esqueleto o la calavera mostrándonos nuestro destino mortal en un claro “memento mori”.
Tras cambiar las reservas para el Coliseo por entradas reales, teníamos algo más de una hora de espera y decidimos ver las basílicas superpuestas de San Clemente, bajando hasta el mitreo inferior, lo que fue una inmersión en el pasado romano. Pasamos por el Ludus Máximus, donde los gladiadores se entrenaban antes de pelear en el Coliseo.
El Coliseo deslumbra por su tamaño, sus niveles, pasos y hasta, con imaginación, por la sensación de ruido de la muchedumbre, olores, colores, que nos han transmitido los libros y alguna película:”Soy Máximus Meridius…”
Como se hizo tarde para ver los Foros , los dejamos para el día siguiente y nos fuimos a comer.
Esa tarde paseamos por la zona del Foro de Trajano, con su magnífica columna y sus mercados, vimos en Monumento a la unificación de Italia: Vittoriano, cuya silueta nos acompañaría en todo momento desde distintos puntos de Roma, subimos a su terraza para disfrutar de las vistas, entramos en Santa María del Ara Coeli, y por fin, recorrimos los Museos Capitolinos: estatua de bronce de Marco Aurelio, gálata moribundo, Venus Capitolina…, enclavados en la magnífica plaza diseñada por Miguel Ángel.
Algunos interesados nos acercamos al Teatro Marcelo, iluminado, pues ya la noche llevaba un par de horas de recorrido.
Recorrido por el Foro Romano, y el Palatino: arcos, basílica de Majencio, restos de los palacios flavios y una magnífica vista sobre los propios foros desde la terraza, con el sol recién salido tras una mañana nubosa.
De vuelta al centro de Roma visitamos Il Gesú, iglesia modelo de los jesuitas, SantÁndrea della Valle, escenario de óperas, y San Ivo alla Sapienza, de Boromini, pudiendo entrar en su interior, lo cual ocurre en pocas ocasiones, y contemplar la maravillosa y compleja cúpula.
Acabamos en el Panteón de nuevo para contrastar el efecto luminoso diurno con el nocturno y disfrutar de nuevo de su espacio.
Por la tarde, en Santa María sopra Minerva, la única iglesia gótica de Roma, vimos el cristo desnudo de Miguel Ángel. Luego nos dirigimos al Trastevere para subir a San Pietro in Montorio, perfecta imagen del equilibrio renacentista en arquitectura y obra fundamental de Bramante. En la Academia española de Roma vimos la exposición de un artista español que trabaja con bolígrafo, Juan Francisco Casas, de un acabado hiperrealista.
Bajando el Janículo, llegamos a Santa María in Trastevere, paleocristiana, con sus lápidas e inscripciones, San Francesco a Ripa, con el éxtasis de la beata Ludovica Albertoni, de Bernini, maravilla de expresión de sentimientos, ropajes…Después, ya entrada la noche y antes de abandonar el Trastevere visitamos Santa Cecilia, con su estatua de Maderno, y bajo la iglesia, una cripta con viviendas de época romana e inesperadamente una cripta bajo el altar de un estilo historicista amalgama de elementos renacentistas, bizantinos y prerrafaelitas, de gran belleza. Fue un momento mágico por la belleza del lugar y lo sorprendente del hallazgo.
8 de febrero, lunes.
Por la mañana intentamos visitar la Basílica de San Pedro, aunque solo lo conseguimos en parte, ya que el acceso estaba limitado hasta la zona del baldaquino a causa de una celebración religiosa multitudinaria. Tras agobios y apreturas, salimos para los Museos Vaticanos donde pasamos el resto del tiempo hasta media tarde. Impresionante la Capilla Sixtina y la Estancias de Rafael. Y lioso el recorrido que nos hizo pasar y volver a pasar por los mismos pasillos-museo en varias ocasiones.
Por la tarde visitamos la mayor parte del grupo, el Castillo de Santángelo, antiguo mausoleo de Adriano y refugio papal durante el Saco de Roma. Maravillosas vistas desde la terraza del tramonto romano, con toda la ciudad a nuestros pies y las gaviotas aulladoras sobrevolando nuestras cabezas.
Los profesores aún tuvimos ánimos para ver los frescos con trampantojo del Padre Pozzo en San Ignacio.
9 de febrero, martes.
Por la mañana, y fuera de programa, visitamos el Palacio Barberini, con su fresco de Cortona, su escalera de Borromini, su fachada berninesca y sus colecciones. Después la Cripta de los Capuchinos con su macabra decoración barroca realizada con huesos humanos. Tras esto, la Villa Borghese con sus alucinantes berninis: Apolo y Dafne, Rapto de Proserpina, David…
La última tarde de viaje se organizó para dos grupos de intereses diferentes: unos visitaron la Plaza de España, San Carlo al Corso, el Ara Pacis y su museo (Meier), San Ignacio y Sant,Andrea del Quirinal, con las habitaciones de San Estanislao de Kostka y el Museo Nacional Romano (Termas de Diocleciano), y otros visitamos el MAXXI (Zaha Hadid), el Palazetto dello Sport (Nervi) y el auditorio del Palacio de la Música (Renzo Piano)
Dos profesores llegamos casi al cierre de puertas Al Museo Nacional Romano donde vimos los exquisitos frescos de la Villa de Livia y otros, también romanos, de la Villa Farnesina.
El día 10 fue de vuelta a casa con el cansancio natural del viaje sacando cuentas de los kilómetros recorridos a pie: 67, una media de 15 diarios, contentos de la experiencia y de la buena organización del viaje por parte de todos.
Chusa García Camón.
Mis compañeros de viaje, los profesores Luis Miguel Alonso y Norberto Del Castillo, han tenido un papel fundamental en el desarrollo del mismo, lo que todos les agradecemos.