El curso pasado falleció Patricia Ojeda, profesora de Inglés y miembro del equipo directivo de la Escuela durante muchos años. En la celebración del «Día del Centro» tuvo lugar un emotivo acto de recuerdo que contó con la presencia de Javier, su pareja.
Se realizó la lectura, en inglés y castellano, de la preciosa carta de despedida que Sara Lillo, alumna de Patricia, le escribió al conocer la noticia de su fallecimiento.
Varias de sus compañeras, junto a Javier, recordaron anécdotas, viajes y vivencias que trajeron a nuestra memoria el buen humor, la energía y la vitalidad con las que Patricia encaraba la vida.
Inma García, en nombre de la Escuela, hizo entrega a Javier del obsequio institucional como recuerdo del acto y con la proyección de «Goodbye», vídeo que preparó Jesús Isturiz, finalizó este acto en el que quedó constancia Patri, de lo mucho que se te echa de menos.
A sunshine.
That’s how I think you could be called.
The sun, is always bright. As science says, the big stars have enough energy to last a lifetime. And when they fade away, into the darkness of the unknown, depending on how big the star is, it might cause one of the most colorful, big and stunning explosions ever seen.
That is what you are.
And what’s left .
A rain of memories, colorful ones, pure art in it’s form no matter what eyes are seeing it. I think, you are not only one of the bigger and brightests suns, but one of the most meaningful explosions I will remember.
A fighter, restless, going against the tides, surviving the most dangerous storms, surfing hurricanes and saving all of those that hide their hands, as if they didn’t deserve to be saved. All with a smile. You were, and still are, a hardworker. Someone that gave her all just to see smiles and the knowledge growing inside everyone.
A warmth, unique, familiar. Pure, mature, full of thought, amazing heart, sweetest soul.
From the moles on your face. Your welcoming hug, into the anger of people not doing their homework. Your voice got higher, when we weren’t listening to you. Sometimes, you joined those talks.
I might not know you more than anyone. Maybe, those were a couple of good years, in which I got the lucky chance to meet an amazing person, more than a teacher.
The devastation of you going away for a while because you decided to put on the supersuit and fi ght the unpredictable. We, a year later, looking for you with our eyes. A message came, someone saw you and rushed to comunicate. Looking for you, expecting to see you, giving back the warm hugs and caresing smiles.
Those trips to London. The joy of dancing in front of the British Museum, singing, without caring what would others say. Getting out of a shop, to see four crazy english teachers dancing to the sound of drums. Finding each other while looking for a spot to eat in Candem Town. Being tired at the hotel, a surprise visit to your room, us full of energy, you, tired of everything but excited for more.
All the memories we made, the memories you made. Your time here, there, everwhere. Days working, talking, laughing.
All of that and more, comes together, so close, so hot, that it explodes. From the brighest star. To the most colorful memories.
Good night, big star.
Un rayo de sol.
Así es como pienso que has de ser llamada.
El sol es siempre deslumbrante. Como la ciencia dice, las grandes estrellas tienen suficiente energía como para durar una vida y más. Y cuando empiezan a desteñirse en la oscuridad de lo desconocido, dependiendo de cuán grande sea la estrella puede generar una de las más coloridas, impresionantes y grandes explosiones jamás vistas.
Eso es lo que eres.
Y lo que queda.
Una lluvia de memoria, llena de color, puro arte independientemente de que ojos la estén viendo. Pienso que no eres solo una estrella de las más grandes y brillantes, sino una de las explosiones más rebosantes de significado que jamás recordaré.
Una luchadora, incansable, que emprende contra la marea, sobreviviendo a las más peligrosas tormentas, domando huracanes y salvando a todos aquellos que esconden su mano como si no mereciesen ser salvados. Todo esto con una sonrisa. Fuiste y sigues siendo, una gran trabajadora. Alguien que dió su todo solo para ver las sonrisas y el conocimiento creciendo dentro de todos.
Una cálida, singular, familiar, pura, madura, llena de pensamiento, impresionante corazón, la más dulce alma.
Desde los lunares de tu rostro, tu abrazo de bienvenida hasta el enfado causado por aquellos que no hacían su tarea. Tu voz tornaba alta cuando no te escuchábamos, y algunas veces, te unías a esas conversaciones.
Puede que no te conozca más que nadie. Igual esos fueron un puñado de buenos años en los cuales tuve la suerte de conocer a una persona maravillosa, más que a una profesora.
La devastación de tu temporal marcha solo porque decidiste colocarte el super-traje y luchar contra lo impredecible. Nosotros, un año más tarde, buscándote con la mirada. Nos llegó un mensaje, alguien te vislumbra y corre a comunicarlo. Buscándote, esperando verte para darte de vuelta los cálidos abrazos y dulces sonrisas.
Aquellos viajes a Londres. La alegría de bailar delante del Museo Británico, cantando sin preocupación alguna de lo que dijese el resto. Salir de una tienda para ver a cuatro locas profesoras bailar al son del tambor. Encontrarnos mientras buscábamos un lugar donde comer en Camden Town. Estar agotadas en el hotel, visitar tu habitación por sorpresa. Nosotras llenas de energía, tú, cansada de todo pero animada.
Todos los recuerdos que hicimos e hicistes. Tu tiempo aquí, allí y en todos lados. Días trabajando, hablando, riendo.
Todo eso y más, se junta con tanta cercanía y tanto calor, que explota. Desde la más brillante estrella. Hasta las más coloridas memorias.
Buenas noches, gran estrella.