Un museo estupendo, cercano y…bastante desconocido. Bien.
Visita de los alumnos de Fotografía al Museo Würth de Logroño
Un museo estupendo, cercano y…bastante desconocido. Bien.
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El día 5, tras una noche de autobús, al llegar a Roma, ya de atardecida, vimos Santa María de los Ángeles, de Miguel Ángel, el Éxtasis de Santa Teresa, en Santa María de las Victorias, con su espléndido interior barroco. Sacando fuerzas de la ilusión y dejando el cansancio para luego, nos acercamos hasta la Fontana de Trevi, donde la sorpresa de algunos fue su espectacularidad, ya que la creían más pequeña. Tras las fotos de rigor, nos acercamos al Panteón para verlo de noche, aunque pensábamos volver el domingo. Su espacio inmenso y perfecto nos emocionó una vez más a los que ya lo conocíamos e impresionó a los que lo observaban por primera vez.
Todavía tuvimos fuerzas para llegar a la Plaza Navona y ver las gradas del estadio de Domiciano semiocultas en el subsuelo, en un extremo de la misma.
Día 6, sábado:
Quedamos en la puerta de Santa María la Mayor, una de las principales basílicas paleocristianas, y tras pasar el control de acceso (Roma estaba plagada de ellos a causa de las amenazas terroristas), vimos su hermoso interior y sus mosaicos. Se allí a San Pietro in Víncoli para ver el Moisés de Miguel Ángel. Vuelta a la emoción de contemplar cara a cara un obra tantas veces estudiada. Aparte de algún sepulcro barroco con toda la carga aleccionadora del esqueleto o la calavera mostrándonos nuestro destino mortal en un claro “memento mori”.
Tras cambiar las reservas para el Coliseo por entradas reales, teníamos algo más de una hora de espera y decidimos ver las basílicas superpuestas de San Clemente, bajando hasta el mitreo inferior, lo que fue una inmersión en el pasado romano. Pasamos por el Ludus Máximus, donde los gladiadores se entrenaban antes de pelear en el Coliseo.
El Coliseo deslumbra por su tamaño, sus niveles, pasos y hasta, con imaginación, por la sensación de ruido de la muchedumbre, olores, colores, que nos han transmitido los libros y alguna película:”Soy Máximus Meridius…”
Como se hizo tarde para ver los Foros , los dejamos para el día siguiente y nos fuimos a comer.
Esa tarde paseamos por la zona del Foro de Trajano, con su magnífica columna y sus mercados, vimos en Monumento a la unificación de Italia: Vittoriano, cuya silueta nos acompañaría en todo momento desde distintos puntos de Roma, subimos a su terraza para disfrutar de las vistas, entramos en Santa María del Ara Coeli, y por fin, recorrimos los Museos Capitolinos: estatua de bronce de Marco Aurelio, gálata moribundo, Venus Capitolina…, enclavados en la magnífica plaza diseñada por Miguel Ángel.
Algunos interesados nos acercamos al Teatro Marcelo, iluminado, pues ya la noche llevaba un par de horas de recorrido.
Recorrido por el Foro Romano, y el Palatino: arcos, basílica de Majencio, restos de los palacios flavios y una magnífica vista sobre los propios foros desde la terraza, con el sol recién salido tras una mañana nubosa.
De vuelta al centro de Roma visitamos Il Gesú, iglesia modelo de los jesuitas, SantÁndrea della Valle, escenario de óperas, y San Ivo alla Sapienza, de Boromini, pudiendo entrar en su interior, lo cual ocurre en pocas ocasiones, y contemplar la maravillosa y compleja cúpula.
Acabamos en el Panteón de nuevo para contrastar el efecto luminoso diurno con el nocturno y disfrutar de nuevo de su espacio.
Por la tarde, en Santa María sopra Minerva, la única iglesia gótica de Roma, vimos el cristo desnudo de Miguel Ángel. Luego nos dirigimos al Trastevere para subir a San Pietro in Montorio, perfecta imagen del equilibrio renacentista en arquitectura y obra fundamental de Bramante. En la Academia española de Roma vimos la exposición de un artista español que trabaja con bolígrafo, Juan Francisco Casas, de un acabado hiperrealista.
Bajando el Janículo, llegamos a Santa María in Trastevere, paleocristiana, con sus lápidas e inscripciones, San Francesco a Ripa, con el éxtasis de la beata Ludovica Albertoni, de Bernini, maravilla de expresión de sentimientos, ropajes…Después, ya entrada la noche y antes de abandonar el Trastevere visitamos Santa Cecilia, con su estatua de Maderno, y bajo la iglesia, una cripta con viviendas de época romana e inesperadamente una cripta bajo el altar de un estilo historicista amalgama de elementos renacentistas, bizantinos y prerrafaelitas, de gran belleza. Fue un momento mágico por la belleza del lugar y lo sorprendente del hallazgo.
8 de febrero, lunes.
Por la mañana intentamos visitar la Basílica de San Pedro, aunque solo lo conseguimos en parte, ya que el acceso estaba limitado hasta la zona del baldaquino a causa de una celebración religiosa multitudinaria. Tras agobios y apreturas, salimos para los Museos Vaticanos donde pasamos el resto del tiempo hasta media tarde. Impresionante la Capilla Sixtina y la Estancias de Rafael. Y lioso el recorrido que nos hizo pasar y volver a pasar por los mismos pasillos-museo en varias ocasiones.
Por la tarde visitamos la mayor parte del grupo, el Castillo de Santángelo, antiguo mausoleo de Adriano y refugio papal durante el Saco de Roma. Maravillosas vistas desde la terraza del tramonto romano, con toda la ciudad a nuestros pies y las gaviotas aulladoras sobrevolando nuestras cabezas.
Los profesores aún tuvimos ánimos para ver los frescos con trampantojo del Padre Pozzo en San Ignacio.
9 de febrero, martes.
Por la mañana, y fuera de programa, visitamos el Palacio Barberini, con su fresco de Cortona, su escalera de Borromini, su fachada berninesca y sus colecciones. Después la Cripta de los Capuchinos con su macabra decoración barroca realizada con huesos humanos. Tras esto, la Villa Borghese con sus alucinantes berninis: Apolo y Dafne, Rapto de Proserpina, David…
La última tarde de viaje se organizó para dos grupos de intereses diferentes: unos visitaron la Plaza de España, San Carlo al Corso, el Ara Pacis y su museo (Meier), San Ignacio y Sant,Andrea del Quirinal, con las habitaciones de San Estanislao de Kostka y el Museo Nacional Romano (Termas de Diocleciano), y otros visitamos el MAXXI (Zaha Hadid), el Palazetto dello Sport (Nervi) y el auditorio del Palacio de la Música (Renzo Piano)
Dos profesores llegamos casi al cierre de puertas Al Museo Nacional Romano donde vimos los exquisitos frescos de la Villa de Livia y otros, también romanos, de la Villa Farnesina.
El día 10 fue de vuelta a casa con el cansancio natural del viaje sacando cuentas de los kilómetros recorridos a pie: 67, una media de 15 diarios, contentos de la experiencia y de la buena organización del viaje por parte de todos.
Chusa García Camón.
Mis compañeros de viaje, los profesores Luis Miguel Alonso y Norberto Del Castillo, han tenido un papel fundamental en el desarrollo del mismo, lo que todos les agradecemos.
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Es interesante este enriquecimiento mutuo donde nuestro alumnado hace las veces de anfitriones. La visita, recorrió:
La organización estuvo a cargo de Kontxesi Vicente con el alumnado de 1º y 2º del Ciclo de Grabado
Esperamos que este gesto aliente el interés de estas niñas y niños por el arte y la práctica artística.
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Los procesos de trabajo y la metodología proyectual que los ha hecho posibles, se muestran plasmando distintas maneras de asumir el planteamiento. También proporcionan una visión sobre alguna de las técnicas aprendidas por el alumnado en determinados talleres durante el curso 2014-15. Son trabajos realizados en los ciclos de decoración, escultura y fotografía, así como en el bachillerato de artes.
La idea de Oteiza ayuda a cohesionar el conjunto sin restringir posibilidades. Dos ideas clave en referencia con el escultor posibilitan planteamientos tan dispares.
Quien diseña proyecta una visión gráfica del futuro. Se requieren diagnósticos precisos que permitan formular enunciados concretos. A continuación, el trabajo práctico necesario en el aprendizaje de las disciplinas artísticas nos mantiene vigilantes y de forma constante en la búsqueda de información, recopilación de ideas o realización de bocetos. Nuestro trabajo concluye con una propuesta o la construcción reflexiva de una obra, una forma u objeto final. «Ejercicios formales en la Escuela de Arte de Pamplona» intenta reflejar el resultado de estos procesos de trabajo proyectual, aplicando las técnicas aprendidas en los citados talleres y asignaturas de la Escuela.
La muestra puede verse hasta el viernes 19 de junio. De lunes a sábados de 19:00 a 21:00 horas.
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El tema del concurso era una propuesta para la puesta en escena de «El mercader de Venecia», de W. Shakespeare, obra que fue representada en el Teatro el pasado 17 de abril. La Dirección del Gayarre valoró la alta calidad de las propuestas presentadas, teniendo además en cuenta que era la primera vez que este alumnado trabajaba sobre proyectos de escenografía. El vestíbulo del Teatro Gayarre acoge una exposición con las propuestas de diseños escenográficos realizados por el alumnado.
Olaia compartió rueda de prensa con los actores de la función en la presentación de la misma y se refirió a la diferencia entre culturas que se aprecia en la obra, como justificación de los símbolos que ha querido trasladar a su escenografía. «La obra trataba de la no aceptación de las culturas y las distintas formas de ser», por eso trabaja con la idea del candelabro judío y sus «nueve pilares fundamentales».
Más en: noticiasdenavarra y facebook.gayarre
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Esa es la personalidad de Carlos Cánovas y esa es su visión de la fotografía. Un fotógrafo que en palabras de Dick Rekalde, artísta plástico, fotógrafo y profesor del Ciclo de Fotografía de la Escuela que lo presentó, trabaja desde la serie fotográfica, ejemplo de artista que realiza copias perfectas.
Continuando con nuestros VII Encuentros con creadores/as 2015 Cánovas fue enseñando una gran cantidad de imágenes correspondientes a las distintas series en las que estructura su trabajo, a lo largo de hora y media. Aunque la proyección digital de las imágenes no hacía justicia a la infinidad de matices de sus cuidadísimas imágenes, pudimos admirar trabajos de las series Tapias, 1978-79; Plantas dolientes, 1983-84; Para una pared, 1984-85; Extramuros, 1982-87 ´ó Séptimo Cielo, 2008-2015, entre otras.
Frente a un auditorio compuesto fundamentalmente por el alumnado del Ciclo de Fotografía y el alumnado de Bachillerato que cursa el taller artístico de fotografía, Cánovas contó cómo se inició en la fotografía. Relató sus primeros pasos, la influencia de las corrientes fotográficas de los 70 y cómo hasta 20 años después de iniciado su trabajo artístico en este campo no pudo vivir profesionalmente del positivado fotográfico. Este trabajo técnico, que ha ejercido para artistias de la talla de Koldo Chamorro y que le ha llevado a positivar el archivo de Nicolás de Lekuona o el Ché Guevara fotógrafo, está intimamente ligado a su propuesta artística. De hecho el rigor técnico que calificó como “de una naturaleza ética incuestionable” es uno de los pilares sobre los que se sustenta su obra. Pero no el único.
Paisajes anónimos, donde la figura humana no existe o casi, donde lo que se resalta es la belleza de lo cotidiano, generalmente fotografiado con luz de la mañana en encuadres mimados. Paisajes de la periferia que bajo su objetivo se llenan de interés: “el fotógrafo tiene siempre que descubrir nuevas formas de percepción del paisaje. La periferia está siempre en extinción. Nació sin querer perdurar y sin embargo permanece”.
Cánovas intercaló su exposición con imágenes de otros creadores en los que se reconoció como Walker Evans y los componentes de La Nueva Topografía. Hizo lo mismo con su discurso, jalonado de citas sugerentes para cualquier fotógrafa en ciernes: “alguien dijo que: si somos fotógrafos debemos aprender a callar en otro idioma”.
La charla terminó con una recomendación doble. Para quienes todavía no saben si ser fotógrafos “que sean extraordinariamente críticos con el hecho fotográfico y así sabrán si pueden seguir por este camino, o no”. Para quienes ya lo han tomado “no tengais ninguna prisa”.