Montxo Armendáriz inauguró nuestros V Encuentros con Creadores, con una charla en la que relató sus comienzos en el cine
De su ingenuidad y de su entusiasmo iniciales a la actualidad, en la que el mercado cada vez deja menos espacios a un cine independiente o de pequeñas productoras. De su descubrimiento del cine como espectador juvenil en el cine de la Txantrea, a Tasio, su primer largo producido por Elías Querejeta. Montxo relata sus inicios como quien ha sido espectador, como quien se ha visto abocado a lo inevitable guiado por una vocación. No obstante, su sencillez y su humildad a la hora de narrarlo lo convierte en un proceso más épico, imposible sin la habilidad de un director de implicar a los demás en sus proyectos y aprender de ellos. Sin una determinación claramente orientada que te permita hacer el trabajo que quieres y hacerlo como quieres. Conservar “el punto de vista”, ese que según Montxo define a un cineasta. «Muchas películas se han quedado en el cajón», Montxo no siempre ha hecho las películas que quería, pero las ocho películas que ha realizado en 27 años, siempre han sido películas que quería hacer.
No trabaja para un público minoritario, pretende que sus películas sean vistas por el mayor número de personas, pero al margen de los engañosos rankings de recaudación, ha procurado que las películas fueran rentables propiciando nuevos proyectos. Todos ellos son fruto de una determinación militante a la hora de preservar la coherencia, la personalidad y una sensibilidad entre el dolor y la nostalgia, que le permiten definirse como un cineasta social. Respondiendo a preguntas sobre la situación actual del cine, Montxo comenzó a describir un panorama más bien lúgubre, dominado por las grandes productoras y en el que resulta difícil que proyectos económicamente modestos se lleven a cavo, se distribuyan, etc. En este contexto Montxo y Puy Oria dirigen desde el año 1999 ORIA FILMS S.L. la productora de sus últimas películas. Planteó la necesidad, casi la exigencia de asociarse, de generar cooperativas como alternativas que permitan llevar a cabo los proyectos de la gente joven. Para finalizar y con idea de dar una cierta esperanza en un panorama tan sombrío, hablo del futuro que vislumbra en la red. De los proyectos de financiación colectiva y de la mayor facilidad para abordar proyectos interesantes al margen de la industria, debido al fácil acceso a tecnologías y a la posibilidad de poner en marcha propuestas con medios muy domésticos. Todo esto unido a la facilidad y la inmediatez en la difusión que supone internet.
En definitiva, un inmejorable comienzo para nuestras jornadas. Despedimos a Montxo y esperamos el nuevo guión en el que se encuentra trabajando. Seguramente su recaudación no salvará la industria cinematográfica, pero nos sorprenderá con otra problemática valiente, sin dar lecciones ni adoctrinar, pero al mismo tiempo, sin ocultar su “punto de vista”.
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